TESTIMONIOS DE FE

Benjamin Ébodé: “La fe es el arte de vivir con una confianza total”

Par Collaboration spéciale

TESTIMONIOS DE FE

4 noviembre 2020

Nací hace 40 años en una pequeña aldea del centro de Camerún (Ntsama en Okola), en el seno de una familia de ocho hijos, seis niños y dos niñas. Huérfano de padre a los 10, me convertí en sacerdote hace 4 años. En mi camino de fe experimenté el amor de Dios que me hizo comprender que las bondades del Señor no se agotan y que su compasión se renueva cada mañana (cf. Lm 3, 22-23).

 

Mis padres nos criaron, a mis hermanos y a mí , en la piedad, el temor a Dios y el amor al prójimo, pero también en la firmeza. ¿Qué es la fe? Para mí, la fe es un arte. El arte de vivir en Dios con una confianza inquebrantable y total . Mi fe es un don de Dios, que me fue transmitida por mis queridos padres catequistas y corista (en el caso de mi madre).

Para responder favorablemente a este regalo gratuito de Dios, me involucré desde muy joven en el grupo de monaguillos y luego en el de lectores. He estado en movimientos de acción católica como Jóvenes del Mundo y Grupos Vocacionales. Fui responsable de tres grupos, los monaguillos, los lectores y el grupo vocacional. Participar en estos movimientos me ha permitido mantener encendida la llama de mi fe y ha hecho crecer en mí el deseo de servir a Dios como sacerdote. Un año después de obtener mi Licenciatura en Matemáticas, fui admitido en la Comunidad de los Misioneros de los Santos Apóstoles, que conocí en 2006 y que me acogió en 2007.

 

Mi camino de fe no ha sido un río tranquilo y pasible. Ha tenido turbulencias y altibajos y sin duda ha provocado giros decisivos en mi vida. Lo caracterizaron las alegrías y las pruebas; la bendición del perdón dado y recibido, algunas veces me sentí desconcertado pero nunca renuncié.

Benjamín Ébodé

 

Fui el más latoso de mi promoción en las casas de formación, pero continué mi camino sin interrupción. Comprendí que Dios es verdadero y que su bondad es para todos. En mi vida de fe, encuentro mi alegría y mi fuerza en la oración personal y comunitaria, la Eucaristía, la Palabra de Dios, las oraciones de liberación, el sacramento de la reconciliación…

 

El padre Benjamin Ébodé y el diácono Vincent Van Hau Pham durante la celebración del Domingo de Ramos en el Santuario Maria Reina de Corazones, en Chertey en 2019.

 

El día anterior a mi ordenación sacerdotal (9 de julio de 2016), mis superiores me eligieron para venir en mission a Canadá, mi primera misión como sacerdote. No me esperaba eso. Tan pronto como llegué a Chertsey el 11 de agosto de 2016, experimenté una adaptación en términos de clima, comida, cultura y especialmente en mentalidades: fue un gran desafío a superar.

Me pidieron que sirviera primero como vicerrector en el Santuario de María Reina de los Corazones en Chertsey ( provincia de Quebec) en 2017, luego como asesor provincial a cargo de la formación de los futuros sacerdotes de los Misioneros de Santos Apóstoles y, finalmente, como rector del mismo Santuario en 2018. Por si fuera poco, en octubre de 2019, la Asociación des Responsables de Santuarios del Quebec me nombró vicepresidente. Todas estas solicitudes me prueban que Dios espera de mí un continuo sí para servir.

 

Nada bueno ni bello llega sin dificultad

 

Al aceptar mi nombramiento como Rector del Santuario en Chertsey, sabía que me esforzaría por dejar en primer lugar a la Virgen María, Reina de Corazones, con quien todo es posible. Por otro lado, mi deseo más ardiente fue y sigue siendo llevar el santuario a la autonomía financiera y el liderazgo espiritual. Para lograr mi objetivo, establecí un Comité de Desarrollo para ayudarme a construir una visión que respete la voluntad de Dios.

También reforcé la colaboración entre la Asociación de Benefactores del Santuario María Reina de Corazones y las monjas, signo de esperanza para el santuario, y con todos los grupos de peregrinos. No obstante, múltiples oposiciones apagaban nuestro ardor, pero mantuve mi esperanza, sabiendo que nada bueno ni bello llega sin dificultad y que el tiempo es el otro nombre de Dios.

Cada año damos la bienvenida a miles de peregrinos que vienen a orar a los pies de María pidiéndole que vuelva a hablar con Jesús: para decirle que ya no tienen pan, vino, paz, amor, alegría, salud…

Para contribuir a la realización del sueño de Dios en este lugar mariano, nuestras actividades pastorales se centran en las celebraciones eucarísticas, enseñanzas bíblicas, tardes marianas, tardes de cantos meditativos, tardes de adoración con rosario eucarístico, acompañamientos espirituales, de escucha, de visitas domiciliarias y confesionario.

Cinco veces al año, a partir de junio, damos la bienvenida a los peregrinos los primeros sábados del mes. Nuestra mayor actividad anual es la Novena a María Reina de Corazones que tiene lugar del 14 al 22 de agosto. A través de todas estas actividades pastorales, queremos estar con María, una puerta abierta al cielo.

 

Benjamin Ébodé saluda al Papa Francisco durante el Congreso Internacional de Rectores de Santuarios, organizado en Roma en noviembre del 2018.

 

Mi presencia en el santuario permitió que María ocupara gradualmente un lugar más importante en mi vida de fe. Sabiendo que actualmente el sacerdocio es un desafío, mi compromiso más importante es ser durante toda mi vida un buen sacerdote según el corazón de Jesús. Oro y trabajo por ello. Desde el día de mi ordenación hasta ahora, nunca me he arrepentido de mi elección de vida. El otro desafío para mí es encarnar el sacerdocio: ya que una cosa es actuar como sacerdote y otra es ser sacerdote.

La belleza del sacerdocio se encuentra en el perfecto ejercicio del ministerio. La fidelidad a los compromisos hace que nuestra elección de vida sea auténtica. Estoy llamado como sacerdote a ser la ternura misericordiosa de Dios en el mundo: un ideal en marcha. Tengo una convicción: el mundo siempre necesitará del sacerdocio.

Si Dios es bueno y misericordioso, también es justo. Su compasión siempre ha sido nueva para mí, y estoy tan seguro de su infinita bondad que le doy la bienvenida al futuro con confianza.

 

Benjamin Ébodé

ACERCA DE COLABORACIÓN ESPECIAL

Le proponemos un artículo que creemos importante difundir por la riqueza de su contenido. En esta ocasión, queremos agradecer al padre Benjamin Pontien Ébodé Onambélé, M.S.A., rector del Santuario de Maria Reina de Corazones en Chertsey, por autorizar la reproducción de su texto, publicado en la Novena Toussaint 2020, el boletín de la Fundación Père- Ménard.

Texto traducido al español por Sandra Ortega, en el marco del programa Forjando Líderes Comunitarios, de la Fundación CEILI, A.C. #SoyLíderFunCeili

 

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